Aspasia nació en el s.V a.C en Mileto. Es evidente que perteneció a una familia adinerada, por la excelente educación que recibió. Fue maestra de retórica y ejerció una geran influéncia en la política de Atenas. En Atenas se dedicño a hacer discursos por encargo (logógrafa) y de esa manera conoció a Perícles, Platón, Sócrates, etc. Perícles en esos tiempos era la máxima autoridad de Atenas y conoció a Aspasia después de ir a escuchar sus discursos que cada vez iba ganando más fama. Aspasia tuvo tres hijos, dos de ellos (Jantipo y Paralos) murieron por una pesta que se extendió por Atenas en esa época. El propio Perícles murió también de la peste en el año 429 a.C. Se volvió a casar con Lisicles, al mes de haber fallecido Pericles.
Lisicles fue un hombre muy rico, pero inculto, que, gracias a las
enseñanzas que recibió de ella, llegó a ser un brillante orador. De este
segundo matrimonio tuvo un hijo, Poristes. Éste matrimonio fue muy
breve, pues Lisicles murió entre el 428-427 a.C., en la guerra de Caria.
Tras la muerte de su segundo marido, Aspasia se retiró de la vida
pública y se trasladó al campo. Fundó la Academia de Elocuencia y Arte
Amatorio, a la que iban a aprender las jóvenes que aspiraban a hacer
carrera como hetaira.
Aspasia fue una mujuer muy importante pero no por su belleza sino por sus dotes y su abilidad intelectual. Haa pasado en la historia como una mujer seductora e inteligente. Su nombre figura en la historia de Grécia, incluso se paunta q el discurso más famoso de la história griega fue escrita por Aspasia.
"...III. Disfrutamos de un régimen político que no imita las leyes de
los vecinos (2); más que imitadores de otros, en efecto, nosotros mismos
servimos de modelo para algunos (3). En cuanto al nombre, puesto que la
administración se ejerce en favor de la mayoría, y no de unos pocos, a
este régimen se lo ha llamado democracia (4); respecto a las leyes,
todos gozan de iguales derechos en la defensa de sus intereses
particulares; en lo relativo a los honores, cualquiera que se distinga
en algún aspecto puede acceder a los cargos públicos, pues se lo elige
más por sus méritos que por su categoría social; y tampoco al que es
pobre, por su parte, su oscura posición le impide prestar sus servicios a
la patria, si es que tiene la posibilidad de hacerlo.
Tenemos
por norma respetar la libertad, tanto en los asuntos públicos como en
las rivalidades diarias de unos con otros, sin enojarnos con nuestro
vecino cuando él actúa espontáneamente, ni exteriorizar nuestra
molestia, pues ésta, aunque innocua, es ingrata de presenciar. Si bien
en los asuntos privados somos indulgentes, en los públicos, en cambio,
ante todo por un respetuoso temor, jamás obramos ilegalmente, sino que
obedecemos a quienes les toca el turno de mandar, y acatamos las leyes,
en particular las dictadas en favor de los que son víctimas de una
injusticia, y las que, aunque no estén escritas, todos consideran
vergonzoso infringir..."

